Hacemos Ostolás, y seguimos en la línea de esta temporada, que lleva camino de acabar siendo más floja todavía que la pasada.
Se mata un jabalí, se falla otro, y se cuelan sin tirar cuatro (tres al principio y uno al final del resaque). Si las cuentas no me fallan, con éste estamos en noventa.
Dice la Biblia sobre los vanidosos:
"Alábete el extraño, y no tu propia boca; el ajeno, y no los labios tuyos" (Proverbios, 27-2).
Cada vez me produce más lástima ese tipo de personas que de cada dos palabras que pronuncian una va destinada a alabarse a sí mismos, y no paran de proclamar a los cuatro vientos y a todas horas lo grandes cazadores que son y los extraordinarios perros que tienen.
Como dice un viejo refrán aragonés, "alabanza propia, mierda segura". Creo sinceramente que es mejor ser más humildes.
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